Los trastornos alimentarios severos y persistentes (TASP) son una forma compleja y duradera de trastornos que afectan profundamente a quienes los padecen. Dentro de esta categoría se incluyen condiciones como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón. Estos trastornos no solo son difíciles de tratar, sino que también tienen un impacto serio en la salud física y mental, afectando tanto al cuerpo como a la estabilidad emocional y psicológica de las personas.
Una de las opciones más efectivas para abordar estos casos es el tratamiento de día. Este tipo de terapia se enfoca en proporcionar un cuidado intensivo sin necesidad de una hospitalización prolongada. La ventaja principal del tratamiento de día es que permite a las personas continuar con su vida cotidiana, mientras reciben el apoyo médico y psicológico necesario para su recuperación. Además de la atención especializada, se fomenta la participación en actividades que promueven una alimentación saludable, la gestión emocional y el desarrollo de habilidades para enfrentar los retos que presentan estos trastornos a largo plazo.
¿Qué es un tratamiento de día?
Para que el tratamiento pueda ser un éxito es importante que el mismo aborde diferentes aspectos. Visitando https://proyectoart.com/centro-de-dia/ nos damos cuenta de que el tratamiento debe tocar aspectos emocionales, psicológicos y físicos dentro del ámbito alimentario.
Para que lo puedas comprender mejor, te mostramos las principales características que debe tener el tratamiento de día como nos informan desde Proyecto Art.
- Enfoque: el mismo debe ser un enfoque integral para abordar diferentes aspectos del trastorno. El tratamiento debe ir dirigido a conseguir que la persona pueda volver a ver a la comida como algo saludable. Para conseguirlo se debe tener en cuenta la relación con la comida, la imagen corporal, las emociones subyacentes, y las dificultades sociales.
- Duración e intensidad: dependiendo del tratamiento, el paciente tendrá que acudir al centro entre 4 o 8 horas varios días a la semana. Es importante dedicarle tiempo para conseguir superar el trastorno con algo más de facilidad. El cuidado no solo debe ser en el centro, también fuera del mismo para asegurar que la evolución es la adecuada.
- Estructura flexible: la flexibilidad debe ser real para que el paciente no tenga la sensación de agobio. Con el tratamiento no se debe romper la vida normal, sino que se debe continuar, pero con algunos cambios. Cuando el tratamiento es flexible es mucho más fácil conseguir la reintegración a la vez que se realiza la recuperación.
- Participación activa: está demostrado que el paciente tiene que tener interés en la recuperación. Hasta que no se da cuenta del problema es imposible que la recuperación pueda ser posible.
- Monitoreo: el paciente solo está en el centro unas horas, pero en todo momento se realiza un monitoreo continuo. Ese control debe ser a nivel mental y físico para comprobar que la evolución va por buen camino. Normalmente se realizan controles regulares de peso, signos vitales y exámenes médicos para asegurarse de que la salud física no se deteriore.
¿Qué debe tener un tratamiento de día?
El tratamiento de día para Trastornos Alimentarios Severos y Persistentes (TASP) incluye una combinación de intervenciones terapéuticas y médicas para abordar los diferentes aspectos del trastorno. Uno de los componentes principales es la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), que ayuda a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales en torno a la comida y la imagen corporal. También se incluye la Terapia de Grupo, donde los pacientes pueden compartir sus experiencias y recibir apoyo mutuo.
La Terapia Individual permite profundizar en problemas específicos que el paciente enfrenta, mientras que el monitoreo médico es esencial para asegurar la salud física, controlando aspectos como el peso y los signos vitales. La Educación Nutricional es otro elemento clave, ya que enseña a los pacientes a desarrollar una relación más saludable con la comida, guiados por un nutricionista especializado.
Durante el tratamiento de día, los pacientes suelen recibir apoyo en las comidas, donde comen bajo supervisión para reducir la ansiedad relacionada con la alimentación. También se ofrece Psicoeducación, tanto para los pacientes como para sus familias, proporcionando información sobre el trastorno y cómo afrontarlo. Finalmente, algunos centros incluyen terapias complementarias, como la arteterapia o el mindfulness, para fomentar la relajación y la reconexión positiva con el cuerpo. Estos componentes se combinan para ofrecer una atención integral y personalizada, ayudando a los pacientes a avanzar en su recuperación.
¿Cuáles son los beneficios del tratamiento de día?
Ahora que sabemos más sobre el tratamiento de día vamos a mostrar un listado de beneficios que ofrece. Así podrás darte cuenta de que realmente es una buena opción.
Son muchas las personas que optan por esta alternativa porque saben que no es necesario la hospitalización para conseguir salir del problema. Gracias a que en cierta manera la vida es normal, el paciente no crea un aislamiento social, es decir, resulta más fácil salir adelante. Se ha demostrado que ayuda a reducir el estigma asociado a los trastornos alimentarios y favorecer la autonomía.
Con este tipo de tratamiento la recuperación siempre es más gradual. Al ser evolutivo lo que se consigue es que la transición sea poco a poco, es decir, no se crea ningún choque que pueda poner en peligro la evolución. Por supuesto, todo está ligado a una supervisión del profesional que tiene como objetivo evitar las temidas recaídas.
Anteriormente hemos comentado que el tratamiento es muy flexible, de aquí que la persona pueda seguir con su vida personal. Al no producirse una ruptura, el paciente no sufre tanto y es más fácil obtener la ansiada recuperación. Normalmente la persona puede seguir con los estudios o el trabajo, lo cual es de agradecer.
Sin olvidar que el apoyo emocional a través de este tratamiento es constante. Al tener acceso diario a un equipo de profesionales, el paciente no solo recibe apoyo terapéutico, sino que también se beneficia del respaldo emocional que ofrece un entorno de tratamiento intensivo.
A pesar de todos esos beneficios, es importante tener claro que el tratamiento en ocasiones no es fácil, pero con voluntad y la ayuda adecuada todo se puede superar. Lo importante es contar con ayuda profesional a través de la cual conseguir la recuperación es más sencillo.
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